Si el domingo tocó ser ecuatoriano por un día, esta vez fue el turno de convertirse en iraní. Pero la fiesta de los hinchas, mucho más expresivos que sus colegas ingleses, quedó matizada por varias apreciaciones referidas a lo que está sucediendo en Teherán y en otras ciudades de Irán. “Por favor, escriba sobre lo que pasa en mi país -solicita Allen Dibar-. Es muy importante que la prensa internacional hable de las protestas. El pueblo se ha levantado contra el gobierno de los ayatollahs. Ya no se soporta más”.
Desde la caída de la monarquía, cuando el último sha abandonó el país en 1979, Irán es gobernado por un régimen teocrático. Hay un sistema político, pero al verdadero poder lo ostentan los líderes religiosos, en estos momentos el ayatollah Alí Jamenei. Las revueltas populares y los disturbios callejeros vienen creciendo desde hace meses.
Muchos iraníes emigraron y ese es el caso de Allen, aunque él lo hizo antes de la revolución de 1979. “Me fui a Estados Unidos en el 74. Vivo en Orange County, llevo una vida allí”, detalla. Muchos de los hinchas que llegaron a Qatar para alentar a la selección viven lejos de su tierra. Junto a Allen viajaron Andre Johannes (residente en Kentucky), Farhad Sadough (en Alemania) y Bahman Jalali (en San Diego, California).
La previa en el estadio Khalifa International se vivió con mucha música y a todo color. Arrancó en la estación de subte, ubicada a pocos metros de la cancha, con un saxofonista que tocaba “A mi manera”. Y siguió en la explanada de ingreso con tres chicas brasileñas que le pusieron garra a los archiconocidos hits del carnaval carioca. Las tres luciendo la camiseta de Flamengo. Todo mezclado con una banda de bailarines típicos y cuatro malabaristas subidos a zancos.
La escenografía la puso el Khalifa, único estadio del Mundial que no fue construido desde cero, aunque sufrió profundas modificaciones y, para ser sinceros, luce nuevo. La imponente torre erigida a un costado de la estructura, cuyo techo ondulado es la atracción, lo hace tan particular.
A todo esto, ¿qué fue de los ingleses? Indignados porque está vedado el combustible que los impulsa cuando de ir a la cancha se trata -la cerveza-, se sacaron muchas fotos con los iraníes y sonrieron más de lo que hablaron. Aunque los hinchas de Manchester United, apenas se nombra a Argentina, levantan los pulgares elogiando a Lisandro Martínez y a Alejandro Garnacho. De todos modos, está claro que las simpatías quedaron del lado de Irán.